Luz de Sol

primero en serie de 3 poemas sobre suenos extraordinarios en las ultimas dos semanas

Estamos siendo acometidos por un enemigo

tan pequeño para poder montar partículas de polvo

tal cómo los caballeros montaban corceles para asaltar

fortalezas extranjeras, como misioneros  

llevaban el dogma para corazones y mentes confiadas.

Este enemigo tampoco discrimina; no importa

cuales libros has leído o en cuantas idiomas

puedes citar a Shakespeare, o cuantas veces al día

caes a tus rodillas para orar. Soné la semana pasada

 

que yo no sobreviví, que yo morí y te dejaba

atrás; tú, el desafío más grande de mi vida,

tú, mi secreto más profundo y enigma más

duradero. Puedo contar en una mano

la cantidad de cosas de que no pude alejarme-

he sido abandonado amantes, compañías,

continentes, familias; pero al fin

de las cuentas, necesitamos todos

defender algo. Si así pase, y yo muero-

 

Me prometas, vas a amar otra vez.

Me prometas, me sembrarías en

la tierra fértil del deseo en tu corazón

y me levantarías a los vientos. Si me

encuentres bella, me honras por visitar

el lugar más linda que puedes imaginar

y leas mi poesía para elogiar sus excesos.

Si piensas que soy fuerte, busques un lugar

donde las olas azotan una orilla o una

montaña toca el sol y sepas que todo

para que yo luche, aún vive,

a través de ti.

 

Envuélvete con mi memoria cómo

chamarra de lana para quitar el frio;

cocines algo que yo amaba comer y la

ofrezcas a un nuevo amor que venga a ti

cómo yo lo hice, mano extendida,

tantas preguntas, cometiendo errores infinitos,

llevando un sueño de pasión tan intenso

que se convierte el acto de esperar un beso

entre mantra para renacimiento de las

estaciones y la palabra más perfecta en

una hoja vacía; escrito con tinta de sepia

y acompañado por foto que no desteñe

aún en la luz de sol más fuerte. 

Deje que el sol mata los virus pero

nunca, las memorias; déjelo inspirar

nuevas semillas entre arboles tan altos

que los nuestros, tan alto que los sueños.