Operación de Sigilo

Cada noche, la mayoría de las mañanas,

y varias veces por el transcurso

de cada día; mi cerebro entra sin autorización,

él deja cualquiera cosa que está haciendo,

precisa tu ubicación como una paloma mensajera,

y cruce la ciudad o el país o una frontera

internacional o algunos continentes enteros;

él estrella por ladrillo y mortero y cercas de

alambre de púas, vadea cuerpos de agua

y pone gafas de visión nocturna; o

cualquiera otra cosa sea requisito, para

deslizarse entre tu vida para seducirte.

 

Cada vez, pienso, este tiempo él

va a notarlo, o cada otra persona dará

cuenta; pero nadie nunca lo hace.

Es una operación de sigilo. No hay

evidencia física; las unas contusiones

dejadas son las quemaduras de laso

en mis muñecas por las ligaduras Karmicas

y un ego doloroso por los puntos donde

me agarras a la cama para jugar. Te juro,

as la verdad; si sólo conocías sobre ¼

de los tiempos en que te pienso, te encuentro,

abro mis misterios y tomo tu cuerpo

dentro de lo mío como vino, como

la comunión, como una oración no contestada

de la liberación;

 

Tu sabrías que eres posiblemente,

el hombre más amado y admirado y

querido en esta planeta entera. Si

conocerías que yo estuviera robando

tus momentos más íntimas, tan frecuentemente

que lo hago, ¿me las ofrecerías de tu propia

voluntad? O encajarías tu corazón en plomo

para protegerte de mí insolencia? No hay nada

que he deseado más que unas noches en tu

cama; y nada de que he tenido más miedo

si fuera dado como regalo. La verdad es

la razón que robo tanto cuando hablamos

de la cuestión, de ti.