Un Sueño del Invierno:

para Casa los Altos

Un árbol crece en tu corazón.

Un árbol ama en tu corazón.

Cuando las hojas de cualquier árbol

se secan, se marchitan, y caen,

nuestra inclinación instintiva

es “arreglar” la naturaleza impropia

del descanso y de la hibernación.

Imponer nuestra tiranía del orden

sobre el orgullo desmedido.

La reverencia para la belleza artificial

y líneas rectas. Campos manicuros,

vidas manicuras. La reclamación eterna

del hombre para la dominación

de las cosas. Pero la Naturaleza tiene

otras ideas, y Ella te está resistiendo.

La Naturaleza usa las hojarascas,

y Ella te está desafiando. La Naturaleza

controla a los ciclos de nacimiento,

muerte, descanso, la renovación.

La transferencia de la Energía, acción

a reposo, cinética a potencial; y la sabiduría

sub-apreciado de los obispos. Ella lleva

todo esto, y Ella está viniendo para ti.

Ella te acosa como un tigre, Ella te está

cubriendo como un Sueño de la Salvación.

Nada en el mundo natural florece 12 meses

al año. Ni aún él. Ni aún tú.

Pruébalo. No rastrillas las hojarascas.

Permítalas fermentar, déjelas, pudrirse

Déjelas desenterrarse entre sus piezas

elementales, para alimentar a las cosas

de que, tus raíces se alimentan. Excávate

un poco más. Extermine los dragones

desde dentro de tus lugares vacíos y

quemados, y quita lo que ellos han sido,

comiendo. Los dragones, después de todo,

son la única evidencia que tú realmente

hayas vivido, pero tambien son nocivos

cuando permitidos crecer demasiado grande.

Ellos devoran a los árboles. Permite entonces

que las hojarascas se los disuelven,

porque tu árbol va a florecer de nueva.

Esta vez, da tu primavera, tu orgia,

a uno que elogia a tus líneas. Quien

aprecia el poder de la savia que sube

renovada desde debajo de la protección

de cosas muertas y secas. El nutrir que

tú no aún sabias, necesitabas. De una

buena capa de broza, y un excelente

Sueño del Invierno, con una linda añejo

para unirte, con todo.