Líneas en el Desierto:

para una competencia

Sus antepasados dibujaron una línea imaginaria

para separar su preferencia

para las rubias con ojos azules, y la realidad

de un continente.

Un continente de gente conquistada, pero orgullosa.

Un continente de gente invisible

hasta el día que tu llegaste

inoportunamente

en su línea imaginaria.

 

Tus dioses hicieron un trato con los de ellos

en cuartos escondidos, lleno de humo,

detrás de burdeles y centros de la incaute;

hombres sin consciencia arreglaron

los números, dinero cambió de manos,

y una niña pequeña se convierte en

un peón político, mandado a Nueva México.

Una aburrida ama de casa llama por teléfono

a su amiga cristiana; en confianza

ellas les inquieten sobre

el color de cortinas en la ventana

de la casa de su vecina, y sobre

el tono exacto de café llevado

en la piel de los compañeros de clase

de sus hijas.

 

La preguntas, podría yo contarte:

¿Por qué crucé un desierto

con mi sed, mi niño hambriento, mi telar

y mi esperanza, agarrados en mi espalda?

¿Puedo decirte lo que aprendí sobre la desolación

del alma humano, de un coyote,

unos miles de cactus, y unos pies

llenos de ampollas de sangre

por derretirse en asfalto caluroso?

Pero ella está desinteresada; comprará

algo no necesario en Walmart, donde

tu hermano trabaja en las noches.

Aprendes en la manera dura:

La Sonora

nunca fue el desierto más grande

de Norteamérica.

 

 

 

 

Author's Note

foto es de las noticias, un bebe en centro de detection