Tema Libre

meditacion en el tema de la libertad

I.                     Libre. Eres libre, él dice- noto yo,

usando palabras cargadas con más

que un toque de tristeza. Haz lo que

quieres, con quien quieres.

 

Tan afortunada eres, ellas me cuentan-

andas libre en esta tierra. Y el envidio

es la sazón que ellas espolvorean

sobre la refacción tomada en la tarde,

ese tiempo cuando ellas descansan de

tareas de casa para mirar su programa

favorito de la televisión-

los hechos

de cualquiera persona

quien está, en su vista,

experimentando sus propios pecados

con menos remordimiento

que sea apropiado.

 

Eres libre, mi maestro me dijo-

no hay nada situación de vida

que no tiene salida.

 

Eres libre, mis amigos me imploran.

Dejes tus compromisos, y regreses

a tu “hogar.” No debes más de tu sangre

al mundo. Como dije yo a la última persona

quien me preguntó, ¿Cómo te puedo

repagar, sino con mi cuerpo y una pieza

de mi alma? Le conté,

No me debes nada.

No me debes nada.

 

Él salió considerando el concepto

de deuda que no es para pagar.

La libertad de dar y recibir sin

notar la factura.

 

II.                   ¿Cómo puedo ser libre,

si cada noche, antes de dormir,

hablo mis oraciones en voz alta,

y también pido mi perdón

por no tener la sabiduría necesaria

para mantener mi amigo (y otros, antes)

conectado a este mundo

un sólo maldito día más? Él dejó

un paisaje de huellas mojadas

atrás del piso de mi habitación,

una impresión temporal al lado

de mi cama, y otra permanente

en mi consciencia.

 

Esto no es vivir sin compromiso.

1000 mujeres con rosarios en mano

no me pueden convencer dejar

a mi responsabilidad.

 

III.                 Libertad. ¿Cómo puedo ser libre,

cuando cada oración incluye todavía

el sueño que otro él me acerque un día

sin la armadura que lleve

como segunda piel, para decirme,

he hecho mi decisión, y eres tú?

 

Cada día, limpio con desinfectante

las esquinas de mi alma

esos azulejos donde décadas de huellas,

dejadas por mis errores,

han acumulado; atrayendo el polvo

de la desesperación de la noche.

 

No soy libre mientras que esta arcilla horneada

que es mi corazón, sea tallada así.

Mis mismas memorias son las cadenas

de plata clavándome

al espacio sagrado

entre el deseo y la resignación.

 

IV.                Pensé que ya sabía

de todas las cosas esclavandome,

convirtiendo mi libertad entra la gran broma

que contamos a nuestros confidentes

en la hora de nuestra muerte, o

al San Pedro en el minuto después.

 

Entre semanas de pesadillas

tras de pesadillas, estaba yo enterrando

mis fallas y sobre-regalo de alegría

en la tierra fresca del campo

atrás de la casa- con una pala y una

puñada de cal. Una tarde dibujada

con el carbón de tristeza.

 

Pero lo que me sorprendió

era verte, y realizar, que mis defensas

son más efémeras que nubes. Un único

pequeño beso tuyo borraría

todas las huellas en ambas

mi habitación y mi alma- y seguramente

dejaría a las vecinas, mucho más

para hablar. Cambiaria un tipo

de des-libertad, para otro.

 

Siendo honesta, no sé cómo me siento

ahora- que no me lo has ofrecido.

Todavía, veo tiempo para escaparme.

Hay salida en mis oraciones,

aun si la apertura está disminuyendo

más cada día- cada vez que veo

uno de Uds. dos,

sonreir en mi dirección.