I.
Mi amigo dice,
“No estoy preparado
para morir;
o tal vez tengo
miedo
que morirse podría
en realidad
sentir como olvidar
el sabor que la risa
tuvo.
Temo perderla a
ella, a ellos,
A nosotros. A Mi. No
quiero
saber todavía, lo
que
puede ser encontrado
al otro lado de
algunas
puertas cerradas.” ¿Pero
no piensas que querer
entrar nuevas puertas;
es el hecho que nos hace
mantenernos jóvenes? Pregunto-
No somos ningunos
inocentes.
Ambos nos hemos
encontrado,
más que una vez,
en una aventura de
una noche
con el suicidio.
Pero encontramos,
de algún modo- la
fuerza,
cada vez- para salir
de esa relación;
para empezar de
nuevo.
Solos. La Depresión
es
un cáncer del alma;
El Cáncer
tiene el alma de la
depresión.
Tal vez nos
comprendemos más
de lo que creíamos.
II.
Digo, quizás
sentirías
menos soledad, si yo
también
fingiera, en alguna
manera,
morir ahora. Pero
como sabes,
fingir puede ser
casi
la misma cosa que se
hace.
Puedes ser el
trabajador
que odia su trabajo,
pero
se aparece
diariamente para recoger
su pago; o la mujer
para quien
el sexo con su
hombre duele-
pero ella lo acepta,
y lo llama
“amor.”
Entonces, miré
demasiado
profundamente
al interior de unas
cosas que necesitaban
ser recicladas y
rehechas.
Como ellos, yo
estaba enamorada
de los espacios
entre lugares
donde las cosas se
sienten
igual parte ajenas,
e igual parte
tan familiar como tu
derecho
de nacimiento. Pasé
por las fuentes
de agua dulce y bebí
de la copa ofrecida
de polvo.
Pregunté a algunos
de los ángeles,
“¿Qué debería llevar
uno para morirse, y
más tarde, regresar
a la vida?
Mi madre es una
genio de la moda,
pero parece que no
supo
de algunos
conceptos.”
III.
Un arcángel
respondió:
En tu closet, tienes
ese vestido; el cual es
igual apropiado para
ambos el funeral y la boda.
Tu amigo debería de llevar
su traje más halagador-
y tú, ese vestido. No olviden
sus zapatos de baile.
Las mejores fiestas son
donde el Cielo hace el servicio
de comidas y el diablo está
a cargo del entretenimiento.
Pues, yo imploré a
mi amigo:
“Ven, al menos caminemos.
Un rato. Nunca
podemos
saber que palabras
permanecen pintadas
con aerosol
en las paredes de la
ciudad,
sobre ninguno de
nosotros.
Caminaremos y
caminaremos,
Y nos detendremos
sólo cuando ambos
estemos agotados.
Hay un lugar
que conozco, donde
es posible
ser solicitados para
bailar con los ángeles.
Y a mí, me gusta
caminar detrás de ti-
me gusta la forma en
que el traje
se ajusta a tus
hombros.
Tal vez hay una
manera, todavía,
para superar todo
esto.
Estamos Aquí.
Siempre tenemos un
Ahora.
Y el sol está
Brillando. Hoy.”
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