Calibrando la Talla

Calibrando la Talla

 

La mujer me mira, y dice

al dueño del hotel, por teléfono,

“Ella es una gordita; no sé si

ella se puede caminar a su lugar.”

 

Y algo dentro de mi pecho

hace pedacitos otra vez 1000

veces. Quiero…

o quizás, no se

que quiero yo.

 

? ¿Sólo sentir normal? ¿Para tatuar

en mi frente, “Tu no conoces

mi historia; y no sabes que ya

he bajado 75 libras, no conoces

lo que he pasado, lo que tuve

que hacer, por poder estar aquí?”

 

Tampoco sabes:

que ha hecho este cuerpo,

lo que ha perdido, de lo que

todavía esta capaz. Que se

puede levantar 100 libras,

derribar una puerta, subir un

árbol, caminar 20 millas,

escalar a una montaña, dar

confort a un desconocido llorando,

luchar a una vaca para ponerle

en la tierra.

 

Amar como nadie mas

que has una vez conocido.

 

Vi a la manera en que tu

miraste a él; note la forma

que el miro firmemente

a ella- como los ojos de ellos

guardaron los secretos de

todo que una vez necesitabas

conocer de su mismo ser,

como algo en que inviertas

por el reto de sus días.

 

Y tal vez Si, conozco

lo que quiero-

justo que alguien un día

me mire en esta misma manera.

 

Lo más cercano que logre, pienso

era una ve abrazando un alma joven

en un cuerpo viejo; y una vez, un

alma vieja en cuerpo joven, dos

tardes inesperadas, regalos

prestados. Y memorizamos

las perfecciones e imperfecciones

de cada otro como un examen

para que tuvimos que estudiar-

uno en que depende la mera Vida.

 

Calibrando la talla no es todo.

Contar debe de valorar más.

 

¿Y de que talla debe de ser la mujer,

para que decimos simplemente, ella

tiene el cuerpo de una mujer de su edad?

¿Cuántos diplomas se necesita tener

antes de dirigirla por su título?

¿Por cuantos tiempos se necesita

ella llegar, antes de verificarla

como uno de nosotros?

¿Tal rico sería su esposo, para que

nosotros la llamamos, exitosa?

 

¿Cuánto peso debe de bajar, ella,

para empezar, ser visible?