41 LuciernagasA Poem by Raquelitapara las ninas que se murieron entre el 8-17 de marzo de la AsuncionMozart escribió la Sinfonía #41- su obra más larga, justamente antes de su muerte. La incluyó una
zarabanda, así fue dicho, un baile
Centro-americano, de lo que Cervantes dijo, “El infierno fue su lugar de
nacimiento y su caldo de cultivo.” 41. Un número. Yo tengo 41 años. Han pasado ya 25 años desde mi primera violación. Aún, soy una de las afortunadas. A diferencia de ellas, aún soy, y aún fui,
Alguien. Más que solo un número. No las llamen ángeles, o muñecas. Los ángeles no saben nada de la pérdida de la esperanza, y las muñecas no gritan con el dolor de la piel derritiéndose, separándose del músculo y hueso. No les roben la dignidad del terror de esos momentos finales que nadie con alma quiere ahondar. Ni es la voluntad de cualquier dios a quien yo responderé. Somos los ojos y corazón y manos de Dios, para ellos cuyas vidas no fueron premiadas con ángeles guardianes. Nosotros, no Dios, somos los donantes- de Vida, Justicia, Dignidad. Almas perfectas en estados y condiciones imperfectas, como nosotros. Pero ese infierno empezó hace años y años, mucho antes de que fuera encendido un fósforo. Ese momento que alguien decidió permitir el control del ser
humano atrás de la puerta cerrada y el
silencio, porque es más fácil así que aguantar su totalidad. Afuera de la vista, afuera de la
mente. Cuando solo una mitad de tu ser es autorizada, ¿Cómo puede una esperar ser y sentirse entera? Al parecer el precio que uno pague por defenderse, si fueras nacida sin voz, es ser quemada, en vivo. Apuesto que podemos fácilmente
encontrar: 41 razones para prohibir la
zarabanda, por celebrar con demasiada libertad ese lado indomable de la mujer. Y 41 excusas que justifican su subyugación. 41 maneras para olvidar a las
muertas. 41 veces que tú pudiste hacer una cosa, cualquiera cosa.
41 ejemplos de los héroes cuyas historias nunca serán escritas en los periódicos, 41 cosas que pensamos fueron más importantes que la
justicia por los olvidados hasta esa noche obscura cuando tuvimos que experimentar un incendio para recordarnos. Si yo tuviera un frasco y un prado esta noche- Capturaría suavemente 41 luciérnagas, sostenerlas con reverencia como una linterna, leer este poema por su resplandor efímero y colectivo. Y dejarlas salir, un punto de luz frágil, temblando, valiente- transcendente, ascendente; a la vez. Una oración y cara humana, un nombre, alma humana, para cada una. No solo un número. “Te libero,” yo diría. Re-escribiré esas horas, no convertir en muñecas pero en estas luciérnagas; sin dolor, tan pequeñas para pasar por una rajadura de la pared, tan grande para transportar el alma, afuera del Infierno. Si eres mujer, 41 veces a la semana, afrontas la quemadura de una pieza de tus
sueños, tu seguridad, tu auto-estima; hasta ceniza. Somos tan acostumbradas que solo lo notamos después de la muerte.
© 2022 RaquelitaAuthor's Note
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Added on March 20, 2017 Last Updated on March 8, 2022 AuthorRaquelitaentre Guatemala y Estados UnidosAboutEsto es el perfil alternativo de la escritora Marie Anzalone. Para mi, el Espanol es el idioma del alma, y estoy tratando de mejorar mi uso de las formas y las palabras. Esto perfil sirve entonces par.. more..Writing
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