Cuerpo Celestial

Si eres poeta, que sentido hay

en tener un amante si no estás dispuesto

de inmortalizar su belleza y ternura,

en verso? Si no exultaría tu

deseo por su cuerpo celestial? Si solo

miraría sobre sus paisajes por la seguridad

de lente telefoto; si tus pies calzados

no busquen sus arenas calientes; si tu

temor que ella compartiría su oasis

con otros viajeros, te hace nunca probar

las profundidades de su manantial?

 

La mujer indicada no te pasara como

viajera. Ella deja huellas polvorientas

en tu sala, huellas de dedo en tus

vasos, pelos abundantes depositados

por actos de gran pasión, en tu cama. La

abrazas, y esperas y oras que ella no

te quebrará en piezas con su poder, su

atracción gravitacional. Y por supuesto,

lo haga, lo haga. Pero ella también es

criatura de compasión. Ella planifica

tu reconstrucción. Es Arquitecta a tu

Ingeniero, una tirana a tu sirviente.

 

Una brújula a los terrenos salvajes de tu

corazón infértil, una escalera a los picos

de tus techos. Ella pueda ser cualquiera

maldita cosa que tu requieres- con la

excepción de ser inconsecuencia. Ella

emita demasiada luz celestial de la revelación

para ser solo otro satélite ordinario

en tu camino de orbito elíptico.