perdiendo la magia

Pero, la perderás-

el día que la haces ser la que siempre extienda la mano

a ti. Cuando dejas creyendo

que ella tenga algo para contribuir

a tu mundo; cuando ella llora

en la noche de miedos viejos y nuevos

y no encuentra nada debajo para sostenerla:

la perderás. Cuando asumas

conocer todas las respuestas sin

pedir las preguntas, cuando juzgas

su presente sin conocer su pasado; cuando

tengas miedo que la brilla de ella te hace

brillar menos, y digas a ella que necesita ser menos

que lo de que fue hecho por ser;

cuando la digas quien Dios quiere

que ella sea, y dejar confiando en su propia voz.

Cuando la pides dejar parte de su mundo

para hacer lo tuyo sentir menos pequeño. Cuando

ella lleva el mundo en sus hombros

y se sienta sola haciéndolo; cuando

tu “siendo ocupado” dicta sí o no

respondes en los tiempos que ella necesita tu mano;

cuando tu temor que ella nunca pueda amar

alguien como tú, te hace dejar intentando,

cuando excusas pesan más que cumplidos,

cuando la ves solo por lo que ha fallado

de cumplir, cuando piensas que ella sea

débil por no poder nada más detener

el agua que llena el vacío de su anhelo de ser

algo grande, importante- para alguien

merecido. Cuando su grandeza se convierta

el algo de irritación, cuando sus sentimientos

paran de ser escuchados. El día que dejas creyendo

en la magia, en amor, en ella.

Si ella tiene una iota de auto-respeto-

tú, mi amigo, perderás.

Ella.