Luna de los Cazadores, 27 del Octubre

En los bosques del norte hoy, es la estación de celo.

Los venados han invertido su mes de ganancias

preparando para la época de los magros; los

ciervos les gustan a sus ciervas

con un poco extra en la anca estas semanas.

Ellos pregonan sus bufidos y llamadas de lujuria

atrás de los matorrales, bosques, praderas.

Fuertemente alto.

 

Es la Luna de los Cazadores. La de grasa que

sostenga la vida, la de hormonas en pico alto.

Replicación de vida por el bien de la vida.

Expresión de amor por el bien del amor.

La tomada de vida enamorada por el bien del adelantarse.

Y yo crecí en los bosques del norte, por supuesto.

 

Los días se ponen más cortos, paralelo a mi deseo

Para introvertir. Preparo par migrar o hibernar,

preocupada, mirándome poner mis reservas propias.

Arreglo un suéter apretado, miro al norte para la llegada

De cosas migratorias con alas.

Reduzco mi velocidad de la vida, quiero pasar más tiempo

en cama. No nos destinaron para trabajar estos ratos

del sur, 365 días del año. Un cuerpo demasiado largo

en moción, quiera descanso.

 

O algo. Quizás la única persona que

quiero ver, a veces,

eres tú.

 

Algo en la manera de que te quiero es diferente.

La luna luce más cerca ahora, de donde yo me paro;

hay ambos más y menos urgencia en mis palabras,

pensamientos. Miraré la subida de la luna esta noche.

Mediré la distancia disminuyendo entre corazones, mentes.

 

Pesar intenciones en bellotas, semillas de girasol, y calabaza.

Dirigiré mis manos por mis propios lados,

en la luz suave y brillante

pensando en cómo mejor preparar la plato fuerte

especial de la casa, de la cosecha; y de cazadores,

lunas, y necesidades inalcanzables.

Esperando que tú, como tus contrapartes del norte

Te gusta comer tu trasero un poco en el lado suave.

Tierno, y suculento. Y con alto ruido.