Dar Aur Videsh Kee Doosare AuratA Story by E. SolórzanoHistoria de ficción basada en la filosofía budista.Había despertado después de lo que pareció una pesadilla. Posiblemente había nacido otra vez, sin embargo no sentía que me encontrara en brazos de mi madre. Me dolía la cabeza, como si trillones de pensamientos surgieran al mismo tiempo; me dieron nauseas y tenía la esperanza de que en algún momento solo vomitaría y se iría esa sensación. Pero no pude vomitar, nada salía de mi boca; ni siquiera saliva. Escuché algo, como si una gota hubiera caído en agua. Giré con la esperanza de ver algo que indicara que ese sonido había sucedido, pero lo único que veía era blanco; como si todo estuviese iluminado, aunque no sentía como si me fuera a quedar ciega. Regresé a mi posición inicial, solo para encontrarme a una persona de pelo largo y blanco. Era una persona hermosa, realmente no pude disimular mi asombro. Portaba una túnica y varios mantos, uno de ellos parecía tener frases bordadas. Aunque por un momento me quedé pensando que yo nunca había visto una escritura de tal tipo. Era como si todo estuviese en un idioma que jamás había visto, no obstante, yo parecía poder leer y entender qué era lo que significaban esos trazos. “Qué gusto verte, Taravid.” Su voz… era como la miel. Al escucharle hablar comprendí que estaba hablando un idioma diferente al que mi cabeza pensaba. Aún así, le pude entender a la perfección. “¿Taravid?” Yo no me llamaba Taravid. Más bien, no sabía cómo me llamaba. Al parecer, era Taravid. “Perdón, ¿preferirías Dar Aur Vidvesh Kee Doosaree Aurat?” La cabeza me dolía, pero le negué. “Taravid.” Murmuré. Su sonrisa fue cálida y me extendió su mano, pues al parecer yo estaba tirada. Le tomé la mano y sentí como si estuviese flotando por tres segundos hasta que finalmente pude asegurar mis pies en el… no sabía si podría llamarle suelo. “Sígueme.” De ahí, empezó a caminar hacia una dirección. No sabría decir hacia donde, puesto que no parecía haber algo en este lugar. Acaso… La cabeza me volvió a doler y caí de rodillas. Sentí de nuevo la sensación de tener demasiados pensamientos en la cabeza al mismo tiempo, el pecho me ardía y el abdomen se me contraía como si quisiera vomitar. Se giró hacia mí y se hincó, me miró con sus ojos… ¿qué es este color? No podría describirlo, era como si nunca lo hubiera visto. ¿Ya había visto colores antes? Sabía diferenciar entre el blanco y el negro, puesto que minutos antes todo era negro para de ahí todo ser blanco. “No te preocupes, lograrás sacarlos de ese hoyo.” Me dijo al mismo tiempo que ponía su mano pálida en mi hombro. “¿Hoyo?” Cuestioné. “Ya sabes, del rencor y los celos.” Respondió de una forma relajada, como si fuese obvio. “¿Qué?” De ahí, con ambas manos colocó sus dos pulgares en mi frente para luego, de forma simétrica, presionarla y arrastrar sus suaves y cálidos dedos por el costado de mis cejas hasta llegar a mis sienes. Sentí verlo todo, la forma en cómo un hombre me miraba con tanto amor que sentí que estaba a punto de llorar; pero mi cuerpo tampoco quiso reaccionar, como cuando intenté vomitar. Sentí cómo una mujer me miraba, con tanto odio que lo último que sentí fue algo clavándose en mi cuello. Separó sus manos de mi cara y me miró con esos ojos de color indescriptible -a pesar de haber visto una vida entera frente a mí, no parecía haber visto ese color antes-. Volvió a ayudarme a ponerme de pie y se acercó a mí. “¿Ahora lo entiendes, Taravid?” Me susurró. “Moriste por amor pero también por odio. Ahora te toca salvar a la humanidad de ello.”
© 2021 E. SolórzanoAuthor's Note
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Added on January 29, 2021 Last Updated on January 29, 2021 Tags: short story, budism, philosophy, religion, spirituality, fiction AuthorE. SolórzanoMexicoAboutYoung and Mexican. I write poetry and stories in both English and Spanish. more..Writing
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