El hombre que Comía ligas todas las mañanasA Story by rafael mayaEl hombre que comía ligas todas las mañanas . Y habían pasado varios días desde que Genaro le tomó sabor a las ligas, y aunque no estaba totalmente convencido, esa mañana, al pasar nuevamente por la papelería, vio por la vitrina las nuevas ligas de colores y no resistió no preguntar por su precio. Al empleado ya le había parecido que si todas las mañanas compraba un paquete de ligas, seguro tenía que ver con su trabajo. Al salir de la papelería abría el paquete, tomaba una de las ligas y empezaba a jugar con ella; la estiraba hasta que casi se rompía, y después, cuando la liga estaba, digamos más caliente, se la llevaba a la boca, la ponía entre los dientes y empezaba a despedazarla, sólo entonces después de mascullar, empezaba a tragarla y le parecía que se estaba comiendo algo tan mágico, sacaba la segunda liga y volvía a la misma operación. En el transcurso del día terminaba con su paquete comprado por la mañana. El tiempo pasaba y el ritual de comer ligas había aumentado; primero un paquete, después dos, luego cinco y para estas fechas se comía prácticamente veinticinco paquetes. Su dieta ya casi se componía de ligas y cualquier otro alimento. Empezó a bajar de peso, se sentía ligero y elástico. Un buen día el encargado de la papelería le preguntó en qué trabajaba y él sólo le contestó que en un proyecto de elasticidad. Durante la noche soñaba que lo tomaban de una mano y de otra y que se distendía a casi treinta metros; soñaba que daba zancadas de diez metros y soño que corria la maratón. Al despertar una mañana después del persistente sueño se inscribió. Siguió comiendo sus ligas como preparación para la carrera. Fue un domingo en la mañana, y ya preparado para la carrera se presentó; le dieron su número de competidor y con los mejores tenis, de suela elástica, se dispuso a esperar el pistoletazo de arranque. Su impulso fue tal, que sus contrincantes quedaron atrás casi desde el comienzo. Logró romper el récord nacional y después de los primeros diez mil metros, el récord olímpico. La carrera fue un éxito indudable y por eso despertó sospechas de todos los clubes. Después de practicarle los exámenes de rigor encontraron una alta densidad de substancias elásticas en la sangre. Al principio pensaron descalificarlo, pero al preguntarle cuál era el medicamento, el anabólico, o la substancia que había utilizado, contesto: “ Sólo como ligas todas las mañanas”... Rafael Maya Feb 13
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Added on May 25, 2013 Last Updated on May 25, 2013 Author
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