Tren a las seis y cuarto

Tren a las seis y cuarto

la botella está vacía como un pozo de los deseos

sin una gota y sin una moneda

la noche pasa y el amanecer espero

un bar llamado Amanecer es mi casa

con la cabeza nublada esa noche

apoyando la cabeza en los codos 

sentado solo en mi mesa

y ahora son todos míos porque allí no hay nadie

excepto yo y el viejo camarero

que duerme la siesta frente a mí

dormita y murmura

no rompan los vasos señores

durante treinta años os he aguantado a todos

sí, sí treinta

y me dirijo a ustedes como caballeros

el camarero espera su turno a las seis en punto

el pub funciona como un hospital veinticuatro horas siete

en tres turnos

y él está en el turno más duro.

espero el tren a las seis y cuarto

el camarero sueña con un cambio de turno

no hay nadie que me sustituya

miro en la botella como en un pozo de los deseos

deseo que ese tren no se vaya nunca