Capitulo 1

en este capítulo se presentan los personajes principales

Capitulo 1

 

-tengo tanto que decirte, tanto. Pero también tengo tan poco tiempo- dijo el, sosteniendo firmemente las manos de su amada.

-Entonces, dime. ¿Qué es? ¿Porque estas tan callada? ¿Porque has estado actuando de esta forma estas últimas semanas? ¿Por qué esos fenómenos nos están persiguiendo? Y, ¿Por qué estamos corriendo?- Dijo Annelijn con los ojos llorosos.

- Lo siente bebe, todo es mi culpa. Yo nunca te debí haber involucrado en esto. Tengo que irme ahora, no es por mí sino por tu propio bien.-

-¡Espera, espera Emiel, no…!- fue lo último que ella apenas pudo gritar, antes de que su amor saltara del borde de la orilla de la ciudad voladora. Lo vio cayendo, alejándose de su vista.

Ella calló sobre sus rodillas, viendo la nada del cielo gris. La lluvia golpeaba fuertemente sobre su frente, la tormenta era tan ruidosa que no podía ni si quiera escuchar sus sollozos. Después, todo se desvaneció.

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Ella despertó de repente, otra vez el sueño que se convirtió en pesadilla la atormentaba, el sueño que vino de su memoria. Ella limpió el sudor que caía de su frente, siempre sudaba mucho cada vez que soñaba sus recuerdos.

-Emiel…- dijo, y se levantó de la cama

Les estaba yendo bien, si, así era. Se reestablecieron en Férounpólis después del derrumbe del dique móvil Maeslant en Rotterdam que protegía a Holanda del mar, cinco años atrás. Llegaron a la ciudad voladora con escasos quinientos euros y un poco de equipaje. Se establecieron en una zona residencial obrera, donde ella consiguió un trabajo de camarera en un restaurante cerca de la calle poniente al parque central de la ciudad y él trabajaba de técnico reparador de todo tipo de robots.

Con el tiempo, Emiel obtuvo mejores empleos y en el transcurso de esos cinco años lograron mudarse de casa, a la zona lujosa de donde eran dueños de un hermoso pent-house, en uno de los edificios más altos de la ciudad.

Annelijn se dirigió al tocador y se lavó el rostro con agua fría para despabilarse del sueño. Se vio en el espejo y recogió el mechón de cabello rubio que le colgaba por la frente.

-Mira que demacrada estas, es lo que te sacas por acostarte tarde- Se dijo a sí misma, contemplando las tremendas ojeras que pintaban las órbitas de sus ojos, necesitaba un baño, pero hacía tanto frio esa mañana.

Annelijn abrió el grifo de la bañera, graduó el calentador hasta que la temperatura estuviera lo suficientemente caliente como para que el cuerpo lo soportara. Mientras la bañera se llenaba se dirigió a la cocina, una amplia sala con vidrios inmensos que permitían que la luz del sol entrara por todos lados. Las nubes se veían extendidas sobre el horizonte y su color azul penetraba las ventanas, pintando ligeramente los bordes de los muebles de cristal.

-¿Computadora, algo ligero para comer, digamos, pan integral? No es para desayunar aun, solo quiero un pequeño bocadillo antes de bañarme.- dijo, y la voz electrónica de la computadora le contestó, sugiriéndole rodajas de pan untadas con yogurt de manzana.

- Eso está perfecto. Por favor asegúrate de tener listo mi desayuno en cuanto termine, calculo que me tardare una media hora.

La dispensadora de alimentos sirvió lo que Annelijn pidió. Saboreó el crujiente pan tostado y la suavidad del yogurt y después se dirigió nuevamente al tocador. La bañera ya estaba lista.

Bach