Me resigno a la soledad. Me resigno a la idea que, detrás de cada noche
solo, no hay el abrazo divino de mi presencia en un pensamiento ajeno. Me
resigno a la oscuridad de un presente monótono el cual ni me brinda agua para
mi sed de conversación, ni me entrega las nubes de una Guadalupe virginal"que
no se me olvide su canto. Me resigno a las estrellas sin brillo, a un océano
sin fondo, una galaxia eterna, cada nacimiento oscuro"cosas adonde mi presencia
es requerida pero insignificante. "sea, me resigno a cada fuego sin calor, cada
salto sin peso, a cada cama adonde se acuesta una sola pareja pero se
encuentran dos universos lejanos. Detrás de los muelles y obeliscos de cada
sueño perdido y ambición declarada, me resigno porque es ahí donde montes se
mueven con llantos de corazones
resignados a la mediocridad. Me empato con la pérdida de unos menos uno, adonde
cae la nada sobre la faz de vidas viviendo verdaderamente vulnerables a las
leyendas de Troya. Me explico; me resigno a cada momento que una palabra es
secuestrada por el orgullo y deja emociones hambrientas. Me resigno al perro
que ni ladra ni muerde, a la batalla nunca peleada, al hombre que sonríe
eternamente porque nunca pudo probar la leche congelada de su madre.
Llamo a los vientos de lo que alguna vez fue la paz y me entero que
Bolívar murió y aun hay aquellos que pasan hambre para que coman aquellos
habitantes de una tierra extranjera, y me resigno a la realidad de que la
posteridad va heredar una injusticia autodidactica. En un día entre la aurora y
una incertidumbre nací yo resignado a un mundo de morales oxigenados y
relaciones tan negras como el carbón. Me resigno a los ojos cerrados de una
vida sonámbula que ve nada, pero entre vanidades civilizadas alrededor de
oficinas de orgasmos antes de"los cuales sueñan los muertos"siento todo y me
resigno.