Mon petite chouA Story by Jose A. SolisPequeño homenaje a Alejandra Pizarnik y Cortázar.
10/09/2019
Repollito: Tu carta del 12 de julio me cae como un balde de agua fría. Justo ahora he ido por Teodoro W. Adorno a donde la veterinaria (la Dr. Canaria le llamo, te fascinaría de verdad) el muy rebelde apostó una de sus nueve vidas jugando al parkour con el gato gris del barrio que te gustaba y se ha roto una pata. Y probablemente perdido una vida y peor aún, el juego. Quien sabe cuántas le queden. Justo ahora siento su mirada, si levanto la cabeza me estará viendo fijamente con sus ojos color miel, sabiendo que estoy hablando de el, de su pata rota y de las vidas que le sobran. "Che, por lo menos dile a la Repollito que la extraño, que no hay nada como las sardinas Rojas que me compraba en el mercado y compartíamos con el gris callejero, vagabundo aquel." Pero solo me mira fijamente con sus ojos miel que no dicen nada y dicen todo a la vez, como los tuyos Repollito. Me ha caído como agua tu fría tu carta porque ayer estaba leyendo a Pizarnik; ¿Te acuerdas? Esa argentina que te decía que tenía sus amores con Silvina Ocampo, otra argentina, esposa del mismísimo Bioy Cásares y el matrimonio íntimos amigos de Borges. El maestro Borges como vos decís. Ahora que estoy de regreso en México es raro no escuchar como hablan allá en la argentina, es raro y también triste ya no poder escucharte Repollito. Imaginaté eso, aquellos 3 eruditos en un country argentino hablando de literatura, poesía, política, historia, borracheras... y luego con Alejandra teniendo sus besitos suicidas y bandidos (como los nuestros) con Silvina. Un escándalo, vaya escándalo. Se suicidó Repollito. 50 pastillas en una noche. Sobredosis. La familia llora, el país llora. Los amigos lloran, los editores lloran. Silvina llora, yo lloro. ¿Pero dónde estaban aquellos antes de las 50 pastillas? Sabes muy bien mi postura ante el suicidio, nadie empuja al suicida, el saltá porque no puede más. Me puse triste, triste, triste ayer, y todavía no llego a lo bueno. Alejandra entra a la facultad de filosofía y letras (Si, a esa misma. La que está al lado de la confitería donde te leí por primera vez) y no dura ni el año. El proceso sistemático su ataúd, el leer a los autores clásicos que poco o nada le interesaban, su entierro. ¿A quién se parecerá? Bueno, sale de la facultad y viaja a Paris, el paris de los 60's, el paris de Satre y los existencialistas, el paris de los latinos... el paris de Cortázar. Alejandra Pizarnik se vuelve íntima amiga de Julio. ¡Que va Repollito! Olvidaté de los Casáres y de Borges, las pláticas parisinas de Cortázar y Pizarnik; siempre con la mirada vigilante de Bernardez. La última carta que le escribe Cortázar a Pizarnik es devastadora, te la he copiado a continuación junto con una foto de Teodoro W. Adorno recién salido de con la Dr. Canario. Agua fría la que me cayó al leer todo, el suicidio, la carta de Cortazár y la tuya Repollito. No sé dónde estaban todos antes de las 50 pastillas, pero si se donde estoy yo y donde estás tú en este presente, en el futuro, después del cuchillo y del clonazepam en las frías, tristes tierras de tu exilio. Repollito, te extraño fatal, disculpa que hable con estos acentos pero me parece asfixiante el deseo de poder hablar contigo y de escucharte, y así me siento un poco relajado. Entiendo que no me puedas prometer nada, es mas, ya ni siquiera lo espero, solo como favor te lo pido con esmero: búscame cuando quieras hablar de algo sincero. Repollito, ya tampoco espero que respondas a esta carta, la dejaré en la puerta de tu casa, ya que el destino si es que existe se encargue de que llegue a tus manos. Y si no existe, también. Mon petite Chou, Je t'aime -Oliveira © 2019 Jose A. Solis |
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